Esto es divertirse? {Priv. Ellery}

Otro asqueroso día en la academia. Me vestí con mi chaqueta larga de manga larga y mis leggins naranjas fosforitos, pero como ese día hacia un calor inaguantable decidí cambiar un poco de aires; así que sin aun salir de la habitación, me puse antes de nada el bikini negro con toques verdes, y encima me puse la ropa nombrada antes. Y así me paseé por la academia.

Algunos alumnos o alumnas habían nombrado la piscina exterior como un lugar donde estar a gusto y todas esas mierdas, y como no tenía nada importante que hacer, decidí ir allí y comprobar por mi misma que grado de “entretenimiento” tendría esa sala. Así que saliendo de la zona de dormitorios, fui hacia las afueras para encaminarme a la susodicha piscina. Llegue a la entrada, y como supuse que habría bastante gente, me puse el piercing de mi labio inferior en forma de aro, para presumir de los multiples piercings que tenia.

Ajusté bien el pendiente de mi labio y abrí la puerta de los cambiadores femeninos, pero para mi sorpresa no había absolutamente nadie. Vaya mierda, pensé. Si eso era la famosa piscina, no me gustaría ver la sala de “juegos”, quiza estaría aun peor que esta bañera gigante.
Suspire molesta por la desilusión de ver ese cambiador; pero ya que estaba ahí y no tenía ganas de dar marcha atrás, decidí quedarme a ver si se presentaba alguien, así que me desvestí y me dirigí a la piscina, ya con el bikini puesto. Y como era de esperar, no habia ni un alma.

Me introduje en ella y noté como el agua estaba algo fría. Me coloqué en la zona donde cubria solo hasta mis caderas, donde se podía distinguir perfectamente, gracias a que la parte inferior del bikini era bastante corta, la palabra que llevaba tatuada, Danger. Sí, esa palabra me describia perfectamente~

<¡Demonios!> Exclamó el adolecente al notar que otra vez estaba perdido en tan enorme academia. Aun no lograba aprenderse los pasillos que colindaban con las habitaciones y mucho menos con los lugares anexos al establecimiento. Cerca de dos horas estuvo deambulando de puerta en puerta viendo si encontraba algo interesante que hacer, pero no encontraba nada más que profesores y uno que otro demonios menor por ahí.
No era de extrañar que ya a estas alturas de la semana Ellery comenzara a vestir a medias, un pantalón de tela negro y una camisa blanca mal puesta adornaban su delgado cuerpo, inclusive, no portaba calzado alguno. Sus pies descalzos hacían que su mínima presencia y volviera nula, haciéndolo parecer un alma en pena. <Ayudaa~aa> decía entre dientes, tal como un espíritu inquieto por su muerte, pero esto era más peligroso, era un joven completamente aburrido.

Normalmente el chico de cabello turquesa dejaba andar a Celebi a su suerte, lo cual le comenzaba a generar problemas, siempre el inofensivo demonio era quién lo orientaba, pero como ahora seguramente estaba jugando en alguna parte del bosque, no podía abusar de su buena suerte.
A la lejanía, un gran cartel enunciaba el destino de Ellery; “Piscina exterior”, sí, esto era perfecto para pasar el día, las altas temperaturas y el aburrimiento desaparecerían sin mayores conflictos, así que sin poner en duda su lugar de recreación, decidió pasar a los camarines masculinos. En el lugar no había nadie, ni si quiera se lograba sentir la presencia de algún ser vivo o no vivo. Pero cierto, seguramente todos estaban en clases a estas horas, por lo que podría aprovechar a nadar tranquilo durante unos minutos.

Perezosamente comenzó a despojarse de su arrugada ropa, quedando solamente con un ajustado bóxer azul con diseño de ranas. Podía parecer algo infantil, pero su pequeña manía por los anfibios sobrepasaba cualquier vergüenza, es más, Ellery no tenía problema alguno en nadar desnudo, pero como claramente las reglas de la charca prohibían aquello, simplemente se limitó a ocupar su ropa interior.

Un lento andar lo llevó hasta la piscina, notando que solamente había una figura en ella. La exótica chica resaltaba bastante, sus cabello, al igual que el propio, era de un color que resaltaba bastante. <Qué más da> mencionó desganado al ver que había otra persona en el lugar. Tranquilamente sumergió sus pies en la piscina, sintiendo el frio del agua como un regalo de los dioses. Nada más agradable para este chico que el frio.

Un bochorno increíble azotaba el ambiente, y menos mal que estaba en remojo porque si no quizá me daba una insolación. Sacudí mi cabeza para remover un poco mi pelo corto y que se aireara un poco. Solté un suspiro y mire las puertas de los cambiadores por si salía alguien en algún momento y así tendría compañía. Pero nada~
-Aah~ que aburrido esta esto…-dije en voz alta estirando mis brazos para que mi cuerpo no se adormeciera. Y así, mis brazos crujieron como si no los hubiera movido en años. Se sentía tan bien.

Al poco rato ya me había aburrido y me había olvidado mi paquete de tabaco en el cambiador, no tenía suficientes ganas de ir hasta el así que me quede en las piscina, apoyando mis codos en el borde de esta. Miré con levedad la piscina vacía. ¿Y esto era la famosa piscina donde había siempre mucha gente? Y una mierda!, pensé.
Y entonces escuche como una de las puertas que había a un lado de la gran bañera azul se abría, arqueé una ceja observando que era la del cambiador masculino. Hum, quizá saldría alguien interesante.

Se abrió la puerta y observe como un chico de más o menos mi edad, aunque era algo bajito, salía de esta. Le mire de arriba abajo sin pudor y sonreí de medio lado. Era delgado, tenía un pelo interesante y no estaba mal. Además que ese bañador tan sugerente no era como el de los demás chicos, curioso la verdad, entrecerré los ojos para verlo mejor y deduje que era de ¿Ranas?, no pude ocultar mi sonrisa ahora un poco mas burlona y que mostraba toda mi dentadura.
Me crucé de brazos mientras veía como se introducía en la piscina, el agua estaba congelada pero al parecer al chico le daba igual. Seguí sonriendo mirándole el bañador con descaro y decidí hablar, más bien, saludarle, si no, sería algo… ¿descortés?
-Por lo que veo no sabes saludar a una dama~ -dije relamiéndome los labios, notando al instante que era un humano corriente. Interesante, pensé. Si me ponía de los nervios o me cabreaba, ya sabía como “aniquilarlo”.

Sin prestar mayor atención a la presencia de la chica siguió caminando por la parte poco profunda de la piscina hasta que esta le llegó hasta las rodillas, la temperatura era perfecta para él, el frio, por el opuesto a la gente normal, le relajaba bastante. Su mirada perdida en los pensamientos más inútiles que podían ser dichos fue interrumpida por la poca común manera de iniciar una conversación de su compañera de baño. Nuevamente la mirada relajada del joven se desvió hacia el cuerpo de la chica <¿Me hablas a mi?> mencionó de manera distraída, era obvio que iba dirigido a él, pero la actitud de su interlocutora no le parecía la más apropiada, incluso, solo su presencia interrumpía la calma que tanto anhelaba el fanático de los anfibios.

<Claro que las sé saludar> dijo con desgano <¿Dónde hay una para saludarla?> agregó de manera irónica mientras llevaba su mano derecha por sobre sus ojos, girando levemente su torso en señal de búsqueda. Rápidamente notó la descarada mirada dirigida a su ropa interior, mas no estaba seguro si era una mirada lasciva o una mirada simplemente burlona. La poco común presencia de la chica le daba un aire intranquilidad, aunque para ser sincero, incluso las plantas que adornaban los jardines transmitían esas energías poco convencionales.

La actitud de desgano propia de Ellery se volvió rápidamente en una actitud un poco hostil, de frentón la actitud de la chica le desagradaba un tanto, aunque tampoco podía negar lo atractiva que esta podía ser, incluso, el hecho de que ella no fuera para nada cortés le provocaba una sensación rara, puesto que estaba aburrido de la típica chica chillona pastel que estaba tan de moda por estos lugares.

Me mordí el labio inferior por el comentario “tonto” del chico, y digo tonto porque, es obvio que si no hay nadie más en la piscina, te lo digan a ti. A no ser que sea algo sordo o vea doble, que supongo que no será el caso. Y me molesto en parte, pero también me hizo algo de gracia.

Y luego encima se me pone con esos humos, bueno, por lo menos no es como esos tíos que solo te tiran los tejos una vez para querer acostarse contigo y luego dejarte con el moco colgado; o también como esos chicos tan monos, dulces, románticos… esas mierdas que odio completamente. Así que entablar conversación con un chico así, sería interesante para mí.

Observando con algo de molestia el gesto del chico “buscando” a alguna dama por ahí hizo que en mi rostro se dibujara una mueca de disgusto y arqueé una ceja levemente mirándole aun, y contesté:
-Bueno, de damas dulces y melosas, por aquí no hay ninguna…-dije cruzándome de brazos mirándole con algo de interés. No me pensaba quedar callada aun y seguí con mis comentarios, pero esta vez, no iba a seguir contestándole con motivo a lo de que no hubiera una dama por ahí, iba a tantearlo un poco, quizá tirarle los trastos solo para ver su reacción, un chico contestón no se encontraba todos los días. Quería averiguar si era de los que se sonrojaban a la mínima o de los que pasaban olímpicamente, a ver qué tienes peli azul~:
-Al igual que no veo ningún chico horrible por aquí~ Me llamo Gretel, ¿Y tú eres…?-pregunté presentándome al chaval.

No perdía nada presentándome, y además quizá conseguía algo de relación con el chico, no parecía ni dulce, ni machote, ni mierdas de esas, eso que me llamaba la atención de él, no lo había encontrado todavía, y no iba a descansar ni un momento hasta encontrarlo.

La reacción de la chica no era realmente la que esperaba Ellery, a pesar de demostrar algo de disgusto con mi actitud, no pasó a la de una simple mueca. No todos los días se encuentra algo así, ya que últimamente la mujer promedio era una simple y poco interesante “hueca sin cerebro”. La apariencia algo desgastada y ruda de la peli verde llamaba por completo la atención del muchacho, pero eso no iba a significar que este cayera rendido a sus pies, es más, Ellery nunca ha demostrado su interés ante una chica, siempre ha preferido estar sin compromiso, sin aferrarse de alguien, sin necesitar a alguien.

<Ah, Gretel> mencionó perezosamente mientras comenzaba a acercarse más a la chica, aunque su real intención era simplemente adentrarse más en las heladas aguas de la piscina. <Qué nombre más extraño> agregó mirando fijamente el labio de la chica. El piercing le había llamado la atención, ya que era la primera vez que veía a una persona con uno.

Al parecer el “halago” proveniente de Gretel hacia Ellery no había sido tomado en cuenta, de tal forma que prosiguió con la conversación como si nada se hubiese dicho. <Ellery> Dijo desviando su mirada al despejado cielo. Ni una sola nube se dibujaba en el horizonte y solo el poderoso sol adornaba la infinidad del cielo.
<¿Te dolió?> Preguntó de manera inocente devolviendo la mirada hacia la chica, más exactamente a su labio. De un rápido movimiento quedó de frente a la chica, cara a cara, pero ninguna doble intención se paseaba por la cabeza del chico, solamente era la curiosidad innata que poseía el infantil aspirante a Tamer.

Nunca me había puesto a pensar en mi nombre, no hasta que el peli azul dijo que era extraño. La verdad que al ser de Rusia los nombres son algo distintos a los corrientes, pero doy gracias a que me pusieran un nombre sencillo, porque si ni yo pudiera pronunciar mi propio nombre… sería un grave problema.
El chico se presento como Ellery, al principio pensaba que era un nombre de chica, torcí mi labio y pensé en llamarlo de otra manera, inspirándome en el bañador con ranas dibujadas:
-Ellery parece nombre de chica, así que si no te importa, te llamare Elle la rana~-dije sonriendo con sarcasmo y sacando una buena carcajada.
Quizá le llamaría Elle solamente, porque añadir “la rana” sería algo cansado. Chasqueé la lengua y decidí decirle porque mi nombre era tan “extraño”
-Gretel te puede parecer raro, pero en Rusia es de lo más normal-dije dándome aires de superioridad; siempre que me preguntaban de donde era y decía de Rusia, ya me soltaban “¿Hace mucho frio no?” o también “¿no os congeláis?” ni que viviera en el polo norte…

Cerré los ojos recordando los días que pasaba allí y mi rostro se tornó melancólico, echando en falta los días “felices” que tenía anteriormente. Pero salí de ese estado de melancolía porque el chico rana se puso justo delante de mí, y pude distinguir esos rasgos que antes no había podido ver, ladeé la cabeza con mirada indiferente y mire intrigada al chaval.
Pero eso duró unos segundos, porque Ellery se quedo mirando mi piercing labial. Y ahí estaba la típica pregunta; hacia un año o así que me había hecho los piercings, todos de golpe para que el dolor se pasara igual para todos.
Me mordí el labio, haciendo que el arito se introdujera en mi boca para luego dejarlo en la posición normal y contesté a su pregunta:
-Bueno, tenias que haberme visto la cara~ Per sí, dolió algo, pero a la semana ya se me paso. Aunque depende de cada persona supongo-dije en tono neutral. Llevé una de mis manos al labio y cogí con mis dedos el aro, lo estiré y lo volví a dejar en su sitio.
-Pero hay gente que cuando lleva años con él, si hace esto, le duele como si fuera el primer día…-dije refiriéndome a lo último que había hecho.

Pasé mi mirada al pelo del chico, lo que me gustaría tener ese color de pelo. Mi cabello nunca había tenido un color determinado, mis padres me dijeron de pequeña que tenía el pelo verde clarito, pero claro, a los pocos años ya me lo teñí de verde lima, como lo llevaba ahora.

Y así me lo deje hasta que lo tinté de rosa y volví al lima. Me gustaba darle esas tonalidades, pero de momento el verde era el único color que me atraía. Ladeé mi cabeza cuando una leve sonrisa se dibujo en el rostro de Ellery cuando le dije que era de Rusia, a saber que estaría pensado… pero se veía bien sonriendo, ya que el rato que llevaba hablando con él, siempre estaba con cara de póker.

Pero luego su cara volvió a la típica posición inicial que llevaba todo el rato. Y masculló un comentario indiferente, como todos los demás que había dicho. Me relamí los labios sin saber que decir a continuación, no podía apartar la vista del chico, y sobre todo de su pelo. Quería un pelo así, de ese color. Luego Ellery se puso a flotar en el agua, parecía que tuviera parte de rana o anfibio, ¿Tanto le relajaba? Puse cara de impresión al ver como flotaba a mi alrededor, ya no sabía dónde mirar.

El chico se disculpó, no sabía exactamente de qué pero alcé los hombros aceptando esa “disculpa”. Clavé mi mirada en el chico mientras daba vueltas, y como no sabía dónde mirar mire su bañador de ranas mientras me preguntaba que hacía aquí, lo mismo podía preguntarle a él, pero quizá luego. Chasqueé la lengua y me crucé de brazos y contesté:
-Hace calor y me aburría estando yo sola, además me habían dicho que la piscina es un lugar popular pero no había nadie cuando he llegado… ¿Y tu, porque has venido aquí?-dije algo desanimada.

Pensaba que sería más divertido, pero tampoco estaba tan mal, una conversación algo monótona, porque se repetiría la mayoría de las veces, pero el chico me empezaba a interesar cada vez más, y no solo por ese bañador y ese pelo azul.

La respuesta de la chica no pasó de una respuesta esperable. Al igual que ella había escuchado que la piscina pasaba repleta de estudiantes, incluso de profesores y otros paradocentes, pero ahora no había nadie, la soledad del lugar era agradable en el fondo, por otra parte la compañía proporcionada por Gretel era más que agradable, era amena, aunque de un comienzo su presencia de la rusa le provocaba rechazo, ahora era aceptada, pero aun tenía ese toque de lejanía, lo cual no conseguía comprehender a cabalidad. Había algo ahí que la posicionaba en un lugar especial, ni en aceptación, tampoco rechazo, pero el problema recaía en el hecho que tampoco le era indiferente. ¿Dudas existenciales propias de un adolescente lleno de hormonas? Seguramente algo por el estilo era lo que le ocurría a Ellery, pero lo más notable era como él dejaba de lado esa ensalada de pensamientos para proseguir con la conversación.

<Yo no he venido a este lugar> mencionó flotando por la espalda de Gretel <La suerte o más bien, la mala suerte me trajo acá… Estaba perdido y llegué por casualidad> agregó con tono filosófico, el cual lo tenía por costumbre, ese tono de superioridad otorgado por una familia pudiente y vivir bajo la sombra de un hermano mayor. Lo fácil que separaba Ellery sus pensamientos de lo que decía le permitía estar prácticamente en dos lugares a la vez, por una parte su dialogo se mantenía fluido, pero por otra parte tenía un desorden en su cabeza, tal vez por eso sus expresiones eran prácticamente nulas, ya que aprendió a separar su interioridad a lo que demostraba al mundo.

Durante su paso por la retaguardia de Gretel, Ellery chocó su cabeza contra las caderas de la chica, no fue intencional, pero tampoco puede negar que el tocar, aunque sea con la cabeza, a la exótica estudiante era algo que no deseaba en lo profundo de su cabeza. <Lo siento> dijo esbozando nuevamente una sonrisa, extrañamente no era la típica sonrisa fingida que solía mostrarle al mundo, algo extraño le ocurría al chico rana y no sabía que era.

<Este lugar se ha tornado aburrido> mencionó manteniendo la sonrisa infantil en su rostro, a pesar de que Elle gustara de la tranquilidad la compañía de Gretel lo ponía impaciente , cosa que ninguna otra persona lograba.

Mis ojos recorrían el cuerpo flotante del chaval con interés pero a la vez con algo de respeto, fruncí mis labios dibujando una especie de “o” mientras seguía mirando como él se iba a a la deriva de la piscina, una escena que me hizo sacar una pequeña risa, y esta vez no era ni de burla ni de orgullo, simplemente una risa.

El chico contestó a mi pregunta, y al parecer había llegado aquí porque más o menos el destino o la casualidad le había llevado hasta la piscina. Y encima mala suerte, ¿mala suerte el haberse encontrado conmigo? Bueno me daba igual, pensé. Pero en realidad quizá no me daba igual del todo, suspiré y me estiré haciendo crujir mis brazos lentamente mientras se escuchaba el ligero sonido de mis huesos. Mi cuerpo se empezaba a entumecer y debía hacer algo para que no se me durmiera.

No pude callarme ese comentario de molestia que había soltado el chico, quizá no lo hacía con mala fe pero a mí me había jodido un poco, no sabía porque exactamente:
-Así que, ¿Es mala suerte haberte encontrado conmigo? –pregunte en un tono que quería que pareciera indiferente.

La cabeza del chico chocó inevitablemente con mis caderas, mas o menos en mi zona trasera, arqueé una ceja ya que el chico rana sonreía y me relamí los labios aun mirandole como vagaba delante de mí. Me crucé otra vez de brazos y escuché el comentario de Ellery; cierto, esto se empezaba a volver aburrido, bostecé y seguí mirando como el cuerpo flotante del chico daba vueltas. Tenía algo en mente, obviamente no era muy "bonito" que digamos pero queria jugar un rato~

Me acerqué al cuerpo del chico, y le saqué la lengua mientras colocaba mis manos en los hombros de él, solo tocandolo nada más. Sonreí con malicia y dije:
-Haah~ yo te haré divertirte Elle~-dije en tono juguetón mientras ejercia una presión con mis manos para hundir el cuerpo del chico en el agua, que no habia mucha profundidad. Mientras le iba hundiendo me sumergí yo tambien para observar la cara del chico y mas que nada para ver su reacción.

Ahí estaba, sumergida a muy poca profundidad, hundiendo a alguien que acababa de conocer pero que ya lo sentía mas cercano, pero sin saber exactamente que me interesaba aun de él. Lo miraba con mis ojos felinos aún hundiendolo hasta que su espalda chocó contra el suelo de la piscina, entoncés dejé de sostenerlo para cruzarme de brazos aun en el agua y observar como subiría a la superficie.