Primer día y ya perdido [Libre]

Hoy comenzaba su nuevo día en la Academia Vera Cruz, y había tenido que ir hasta allí él solo ya que su padre no estaba dispuesto hacerlo pese que esta vez tenía descanso del trabajo.
Vestía una camiseta color roja de manga corta y unos pantalones blancos que conjuntaban con su color de piel. Hoy hacía un clima bastante cálido, incluso algo de calor, pero este tipo de temperatura le agradaba a Daiki más que ninguna.
Mientras caminaba lentamente hacia la entrada sujetaba con ambas manos los tirantes de una mochila negra donde yacían sus libros del horario de hoy. No sabía si los utilizaría pero ahí los tenía todos por si acaso.
A paso lento y tranquilo entró dentro de la Academia y comenzó a andar en busca de su clase, siguiendo así a los demás estudiantes de la academia. Al principio les siguió por un largo pasillo donde no había ni una sola puerta en la que entrar, y fue entonces cuando Daiki comenzó a observar las paredes del pasillo detenidamente, y poco a poco su paso fue ralentizándose. Al ladear su cabeza para poder ver el camino de los estudiantes, allí no había nadie. Siguió caminando recto en busca de alguien pero llegó a un lugar donde tenía que decidir entre girar a la derecha o a la izquierda.

Auch, me he perdido.. probaré por la derecha, y si no es ese el camino volveré, pensó Daiki mientras caminaba hacia la derecha inseguro, pero con una pequeña sonrisa nerviosa en sus labios. Parecía un niño perdido que se había soltado sin querer de la mano de su madre.
Al final consiguió perderse completamente y no sabía hacia donde podía ir, así que se quedó parado con algo de miedo de los impresionantes y enormes pasillos, esperando a que alguien viniera.

Caminar por los enormes pasillos de la escuela podia ser bastante confuso, yo ya me habia perdido varias veces por este lugar, pero al menos ya habia aprendido el camino para salir al exterior, asi que me dispuse a seguir tal camino para salir de aquel laberinto interminable.

Camina con un paso un tanto apresurado, haciendo que mi vestido verde ese alborotara un poco, lo que me gustaba de este lugar es que casi no habia gente, de hecho realmente no habia gente, los pasillos estaban, la mayor parte del tiempo, solitarios

Gire hacia la derecha en un pasillo y me encontre con un chico en el camino, traia una mochila a la espalda, asi que supuse que seria un estudiante y que por la forma en la que actuaba seguramente estaba perdido

"dejalo ahi, que se pierda, que aprenda por las malas el camino para salir de aqui" susurro maliciosa la voz -cierra la boca, nadie pidio tu opinion- me dije en voz baja, ayudar a un pequeño niño no iba a afectarme mucho ¿o si?

-hola- salude alzando un poco la voz para que me notara -estas perdido ¿cierto?- realmente se notaba que si lo estaba pero no queria ser descortez

Sus ojos se iluminaron al escuchar la voz de una muchacha que por los pasos pudo saber que se dirigía hacia él. Al ladear su cabeza para observarla, esta era una chica de cabellos cortos y azules al igual que él, y unos ojos rojos que le impresionaron bastante. A pesar de que eran casi de la misma altura, la muchacha parecía más mayor que él. La peliazul pudo adivinar que Daiki estaba perdido, aún que no era muy difícil saberlo.

- Si.- Le respondió con su voz fina y tranquila, con una sonrisa en los labios y emocionado de haber podido encontrar alguien que le pudiese ayudar.

Con su respuesta tan alegre parecía que no estaba perdido ni lo más mínimo, solo que la salvación había venido en frente suya al ver a esa chica, que la podría liberar de ese enorme laberinto.

- No sé cuál es mi clase- Dijo mientras dirigía su mirada hacía la derecha.-, y ahora no sé ni volver a la salida.- Le informó mientras se iba notando pena en sus ojos y los rodaba hasta encontrarse con la mirada de la chica.

Realmente no sabía que respuesta saldría de la muchacha, lo único posible que podría decirle era por donde habría que dirigirse para ir a la salida.

Segui caminando hasta llegar frente a el, podia notarse en su rostro que agradecia ver a otra persona en este pasillo desierto, no lo culpaba, yo tambien hubiera agradecido encontrarme alguien la primera vez, era un chico con suerte

-bueno... no puedo ayudarte con lo de tu clase- dije con una sonrisa en los labios, ya que ni yo conocia mi horario aun, tal vez deberia investigarlo ya -pero puedo mostrarte el camino a la salida- le hize una seña con la mano para que me siguiera por el pasillo -sigueme- dije mientras caminaba por el pasillo aquel -y no tienes de que apenarte- le reconforte pues lo habia notado en sus ojos -es normal que te pierdas los primeros dias, con un poco de tiempo, podras salir tu solo de este lugar- dije bastante amigable, creo que mi encuentro con Rin me habia hecho un tanto mas sociable -¿eres nuevo supongo?- queria un poco que conversacion mientras saliamos de aquel lugar

La chica peliazul le dijo que le mostraría el camino a la salida y que le siguiera, este la afirmó con una pequeña y efímera sonrisita.
Siguió sus pasos uno a uno, e iba mirando hacia que pasillos cruzaban para intentar memorizarlo poco a poco, pero sirvió en vano ya que a la mitad del camino olvidó el principio.

La chica le preguntó si era nuevo, o más que una pregunta, era una afirmación que volvió a adivinar fácilmente (ya que si no fuera nuevo no estaría deambulando perdido por los pasillos). Este afirmó con la cabeza dos veces seguidas rápidamente y luego le entró curiosidad por el nombre de la chica.

- Gracias por ayudarme- le agradeció cabizbajo, arrepentido de ser tan despistado -. ¿Cuál es tu nombre?- Le preguntó con una sonrisa, mientras se ponía a su lado y le miraba a la cara, que antes iba por detrás suya para poder seguirla mejor.

Parecía una buena chica, aún que para Daiki todo el mundo le parecía una persona amable y agradable, solo había conocido a una persona a que le había odiado realmente, a todos los demás no podía odiar a nadie, por mucho que se le propusiera o por mucho que esa persona se lo buscara. Al fin y al cabo, Daiki era como un niño pequeño e inocente.

Seguie el camino que ya tenia planeado antes de encontrarmelo, era realmente el unico camino que habia memorizado ya, como salir de aquel laberinto, y por lo que a mi respectaba era el unico que aprenderia, un par de giros a la derecha y otros tantos a la izquierda y pronto estariamos en el exterior

-descuida, no tienes que agradecerme, esto contara como mi buena accion del dia- dije en tono de broma -soy Nay, Nay Wayland- me detuve un momento y le extendi la mano -un gusto...tu...- yo tambien queria saber su nombre, no parecia un mal chico, solo un poco despistado pero... quien no lo era en estos dias -andando, estamos cerca- dije mientras retomaba el paso

Agarró su mano y como un niño pequeño comenzó a agitarla de arriba a abajo, pero sin usar fuerza y así no causarle daño. Se presentó, y la muchacha peliazul se llamaba Nay, le agradaba ese nombre, así que le hizo mostrar una sonrisita dulce.

- Yo soy- Iba a decir con su voz tranquila, cuando ésta le dijo que estaban cerca de la salida mientras comenzaba a andar de nuevo.

La miró y dio unos rápidos pasos para acercarse a ella y poder seguirla bien y no perderla, cuando entonces se dispuso a decir su nombre.

- Daiki. Me llamo Daiki.- Le dijo colocando sus manos hacia atrás, mientras se toqueteaba los dedos entre ellas feliz de ya haber podido conocer a alguien en aquel extraño lugar que se le hacía llamar academia.

Una pequeña risa escapo de mis labios cuando tomo mi mano y la agito de aquella manera un tanto infantil, era bastante tierno a primera vista, comenze a andar antes de que se presentara, creo que eso o era del todo cortez

"que mas da que seas cortez o no, no es que se espere mucho de ti" esta vez tenia que admitir que esa voz tenia razon, realmente nadie esperaba nada de mi

-un gusto Daiki- dije mientras le sonreia de lado -bienvenido a la academia- no estaba de mas darle la bienvenida a un niño nuevo, unos cuantos pasillos mas y ya estariamos fuera del laberinto, entonces me dio curiosidad por saber un poco mas de aquel chico -y dime...¿que te trajo a la academia Daiki?-

Le devolvió una sonrisa tras la bienvenida de la muchacha, y luego le soltó un ligero "gracias". Entonces la chica le preguntó cómo había llegado a ese lugar, y Daiki se mordió en labio inferior antes de responder.

- Me obligó mi padre..- Dijo bajando su tono de voz, mientras poco a poco iba notando que sus piernas comenzaban a temblar-. Pero me acostumbraré.- Prosiguió acabando con una sonrisa en sus labios, con los ojos algo acuosos.

Muchas cosas habían llegado a su mente tras esa pregunta, recuerdos algo dolorosos de recordar, y que aún no había logrado superar. Pero tendría que superarlo, era algo que pasó y que debería de dejarlo solo en un mal recuerdo. Así que dejó ese tema de lado y abrió de nuevo la boca para decirle algo a la chica.

- ¿Y tú, Nay?- Le preguntó con curiosidad ladeando su cabeza hacia un lado, mirándola a los ojos.

Me detuve al escuchar aquella respuesta y regrese mi vista a el, note ese pequeño temblor y aunque al final trato de disimular una sonrisa se notaba claramente a tristeza en sus ojos, entonces en un arrebatad impulso me acerque a el y lo abraze, no por que tuviera lastima de el, todo lo contrario, lo entendia a la perfeccion, solo que en mi caso habia sido alguien mas quien me habia obligado a venir a este lugar, y entonces unos segundos despues me di cuenta de lo que estaba haciendo, me separe de el lentamente y me limpie los ojos con el dorso de la mano ya que unas cuantas lagrimas se me habian escapado

-lo siento... yo... fui impulsiva- hize una pequeña reverencia -perdoname Daiki- realmente habia sido un impulso estupido, apenas habia conocido a este chico, luego me levante pero ya no quise seguir caminando, me acerque a una de las paredes y me recargue en ella, levante la vista y lo mire -yo... digamos que es una situacion... similar a la tuya-

"cierra la boca, si hablas de mas entonces yo me encargare de que llores de verdad" las palabras resonaron como eco en mi cabeza, era una advertencia seria y tenia que tomarla muy en cuenta -en fin... el pasado en el pasado no?- dije dedicandole una pequeña sonrisa, yo no queria seguir hablando del tema y esperaba que el tampoco -hey ya casi salimos de aqui, que tal si te invito algo de beber en la cafeteria?-

Cuando vio a la peliazul acercarse a él con los brazos extendidos pudo notar que le iba a abrazar, y cuando estaba acogido en su cuerpo se sintió bien, reconfortante. Alargó sus brazos hacia arriba para poder abrazarla también, para hacer que ella se sintiera de la misma manera que él, pero en seguida ésta se separó y acto seguido le pidió disculpas.

- ¡No, no!- Le dijo zarandeando su mano de lado a lado algo preocupado.- Está bien, gracias.- Prosiguió con una sonrisa, como si ese abrazo le hubiera recuperado del todo. Alargó su mano hasta el rostro de Nay, para apartar esas lágrimas que habían salido de sus ojos tras el abrazo. No le gustaba ver a gente llorar, y menos a esa gente que le había ayudado y le debía algo, ya lloraba el suficiente como para ver a los demás hacerlo.

La muchacha le dijo que llegó a ese lugar de una forma similar a la suya, y eso por algún motivo le hizo agarrar más confianza con ella. No le agradaba mucho recordar el motivo por el que estaba aquí, el por qué de su padre obligar a que aprenda a matar a esos demonios que no le habían echo ningún daño. No quería matar a nadie, los demonios, que algunos fueran malos, seguían siendo seres con vida. Nay, que parecía que tampoco quería seguir hablando sobre este tema, le dijo que quedaba poco para salir y que le invitaba a algo en la cafetería.
Éste asintió con la cabeza a la vez que una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.

Off:

Spoiler:

En ese momento el tambien me abrazo, fue un sentimiento extraño, hacia mucho tiempo que nadie me abrazaba, eso si podia recordarlo, era una sensacion extrañamente reconfortante, como sentir que realmente le importaba a alguien

Luego de ese gracias sonrei un poco, al menos mi acto impulsivo no lo habia molestado, estiro su mano y seco una de mis lagrimas, en ese momento me senti desprotegida, debil y me maldije internamente por eso

"no puedes mostrate debil, si quieres conseguir lo que tanto anhela tu corazon debes ser mas fuerte que esto ¿entendido?" aparte la vista por un segundo, debia admitir que algo de razon habia en aquellas palabras en mi cabeza

Un segundo despues volvi a la platica, una sonrisa fugaz mientras lo invitaba a la cafeteria, el acepto, le sonrei y segui caminando segura de que el vendria conmigo, unos cuantos pasillos despues salimos de aquel laberinto

-es por aqui- le indique algo alegre mientras emprendia el camino a la cafeteria

Spoiler: