Weapons 101 [Grupal]

“Profesora Stark, este… su clase ya comenzó.” Levanté la mirada del crucigrama que estaba llenando para fijar mis ojos en el reloj de pared. “Efectivamente.” Respondí cuando vi que las manecillas marcaban que mi clase, mi primera clase en la Academia, había comenzado hace 15 minutos. Pero, ¿acaso una clase podía comenzar sin que el profesor estuviera presente? “¿No cree que…?” Corté el comentario del maestro que me hablaba cuando golpeé la mesa con mi diestra. Una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras que escribía rápidamente la última respuesta al crucigrama que estaba llenando. “Ah, listo. Ahora si me puedo retirar.” Musité en voz alta a la vez que mis ojos se paseaban por la hoja del periódico que había llenado. Cada vez que lograba llenar uno me sentía tan orgullosa de mí misma.

Me despedí de los maestros que se encontraban tomando café en el salón de profesores. Ellos me respondieron, pero sentí que lo hicieron por obligación más que por buenos sentimientos. En especial las mujeres. Pero no era mi culpa que me gustara mi cuerpo y que pudiera llevar ropa que ellas decían a mis espaldas era demasiado atrevida pero que secretamente les gustaría vestir. Bien me lo dijo Shura cuando llegué que tendría que aguantar miradas de envidia. “Si en el Vaticano no me pidieron que me pusiera otra cosa, no voy a fingir ser recatada ahora.” Dije por lo bajo. Había cruzado frente a un espejo de cuerpo completo (un pasillo- curioso lugar para un espejo) y me detuve para asegurarme que no tuviera ningún cabello fuera de lugar. Tanto la blusa, como los pantalones cortos y las botas blancas que usaba estaban impecables mientras que la parte superior que parecía una gabardina oscura, sin mangas y que luego de mi cadera bajaba en flecos no mostraba ni una sola pelusa ni hilo extraviado. Por último, los tres cinturones donde usualmente colocaba las pequeñas carteras donde cargaba mis armas caían sutilmente sobre mis caderas.

Ropa de Marceline:

“Perfecto.” Lo último que hice fue aplastarme el flequillo de la frente para ocultar mi tatuaje. No tardé mucho en llegar al aula, ya todos mis estudiantes estaban ahí. “Buenos días.” Dije como si nada, como si no hubiera llegado tarde a mi primera clase y cerré la puerta detrás de mí. Del bolsillo saqué una llave dorada que el director Mephisto me había facilitado cuando llegué a la Academia. Cerré con seguro, y no tan sólo le impedía la entrada a todo aquel que estuviera en el pasillo sino que también le imposibilitaba la llegada a cualquiera que tuviera una llave especial que intentara llegar desde otra locación que no fuera el pasillo. “Mi nombre es Marceline Stark. Seré su profesora de Armamentos y Balística. Lo primero que deben de saber es que… tarde, solamente yo. Todo aquel que llegué tarde no sólo se quedará afuera, sino que tendrá labores extras y una visita con todo pago a la oficina del Director.” Les sonreí y mientras lo hacia, caminaba al escritorio que estaba en el centro de la clase. “Lo peor de todo esto es que, además de que ya tengo espías por toda la escuela, jamás podrán crear un patrón de mi hora de llegada. Así que no les recomiendo que saquen los cálculos para llegar 5 minutos antes que yo. Todos los días los sorprenderé, así que lo mejor es que sigan madrugando.”

En vez de sentarme en el asiento que estaba detrás del escritorio, me subí sobre la mesa. Crucé mis piernas y tomé el archivo que estaba encima que seguro era donde se mantenían las hojas de asistencia. La observé un rato, viendo los comentarios de los profesores acerca de cada uno de los jóvenes que estarían en mi clase. “Nuestras clases serán teóricas y practicas. Amarán más las prácticas, eso ya lo sé. Yo fui una de ustedes. Pero eso no es excusa para reprobar la parte teórica. Lo hacen y no me importa qué tan bien manejen un arma, no pasaran al siguiente nivel. Así que, les doy la oportunidad, la libertad de que todos me contesten la siguiente pregunta: ¿Quién ya tiene experiencia con un arma? Me dirán cuál es, quién les enseñó y para qué fue que la usaron o la aprendieron a usar. Si nadie me habla entonces la clase se manejara dedocráticamente. Mi dedo escogerá, durante todo el curso, a las víctimas de mis preguntas.”

Leer:

-creo que es aqui- me dije en voz baja mientras revisaba una vez mas mi horario de clases, estos pasillos laberinticos aun me impedian ubicarme del todo en la escuela -pff, da igual- bufe mientras entraba en aquel salon de clases.

Habia ya unos cuantos alumnos sentados, mi vista se poso en el escritorio pero ahi no habia nadie, me encogi levemente de hombros, ya estaba a costumbrada a que los maestros llegaran tarde, camine hacia un lugar libre en la parte de enfrente y me sente, dejando mi espada con su funda a un costado de mi, mire alrededor de la clase pero no vi a nadie conocido, esperaba que Rin viniera.

La hora de clase habia llegado pero el profesor o profesora seguia sin aparecer, tome mi mochila y saque uno de mis libros para poder leer un rato. Unos cuantos minutos despues la maestra hizo su aparicion en el salon, cerre mi libro, no sin antes marcar la pagina, y lo guarde de nuevo en mi mochila. Escuche atenta las reglas o instrucciones de la clase, que parecian no ser muy complicadas, algo dijo esa voz en mi cabeza pero la acalle antes de que distrajera, no queria tener problemas el primer dia de clases.

Al final de su explicacion hizo un cuestionamiento a toda la clase, no me gire para ver si los demas levantaban la mano, yo no queria saber nada del resto de la clase, sin embargo yo si levante mi mano, estaba en la primera fila asi que supuse que no seria dificil que la maestra me viera. Asi comenzaba mi vida en este lugar.

¡Llegare Llegare Llegare!.-Corria por los pasillos de la Academia, Bastante nerviosa, Aunque ya conocia a la profesora no era una excusa para llegar tarde, Y mucho menos el primer dia.Era nueva en esa clase, Por lo que ansiosa esperaba que hubiera alguien conocido, de esa maner se sentiria más segura y confiable, Podria desenvolverse con los otros alumnos y alumnas.- Uff..Llege..-Abrio la puerta, y comprobo que la profesora no habia llegado aun, Por lo que se sintio más tranquila;Con sus ojos vio y ¨Exploro¨ toda la clase, Hasta que vio a Nay, Rapidamente se dirijio hacia ella, Pero antes de que pudiera saludarla, La profesora habia llegado asi que se apresuro a sentarse.


Rapidamente, Marceline Stark dio una especia de ¨discurso¨, donde explicaba más o menos como seria el año, O de que manera evaluaria, Rin no la habia conocido en ese aspecto, pero sabia que era una persona que amaba su trabajo y por eso ponia todo su empeño en él.Si bien no sabia nada de la parte Teorica, Un poco habia aprendido de la parte practica, Aunque aun seguia siendo una novata total.Asi que cuendo pregunto ¨¿Quién ya tiene experiencia con un arma?¨ Rin no respondio, Ella no consideraba que eso podria llamarse practica, Ya que nisiquiera habia disparado unas cuantas veces, Solo habia sostenido el arma por unos minutos.Giro la cabeza hacia el resto de la clase, Para ver quien habia manejado una antes, Talvez podria pedirle que la ayude o que le de algunos consejos.

Había sido una de las primeras en llegar a la clase. Si era honesta, admitiría que se había sentido bastante mal cuando llegó tarde a la clase del profesor Watarigarasu la última vez. No quería que la situación se volviera a repetir. Los demás alumnos se tomaron su tiempo en llegar, así que la rubia aprovechó el tiempo para repasar algunos textos de Aria. Por lo menos pensaba que aquello sería lo más apropiado. No le prestó atención a lo que ocurría a su alrededor, a duras penas levantaba la vista cuando algunos de sus compañeros hacía una entrada ruidosa.

Cuando sintió que ya era la hora, la chica levantó la mirada al reloj de pared que tenía enfrente. En cualquier momento el profesor de la materia estaría llegando. Pero se equivocó. Pasaron 5 minutos, luego 10... 15... y nada. -Que extraño...- Musitó para sí. Reika cerró los apuntes que leía, a la vez que se debatía si debería ir o no a preguntar por el encargado de aquella clase. Tal vez había ocurrido algo. Por otra parte, estaba una escuela de exorcistas, y por supuesto que muchísimas cosas podían ocurrir que distrajeran a los profesores. No debía sorprenderse ni tampoco preocuparse.

Minutos más tarde por el umbral entró quien Reika suponía sería la profesora. La mujer cerró la puerta detrás de sí, asegurándola con una llave para que nadie más entrara. La profesora Stark se presentó ante ellos y rápidamente expuso sus excéntricos requerimientos. No le quedó más que respirar profundo y aceptar el hecho de que los adultos de la Academia simplemente tenían personalidades un tanto bizarras. La clase no tardó mucho en encaminarse y la profesora preguntó para saber si alguno tenía alguna experiencia con armas de fuego. Reika se mordisqueó el labio inferior, recordando que su abuelo sabía manejarse con las armas de fuego y le había mostrado algunas cosas. Aquello había sido lo que le había despertado el interés por convertirse en Dragoon. Tentativamente la rubia elevó su mano entre las otras tantas que hicieron lo mismo.